viernes, 28 de noviembre de 2014

LAS TOSDE LAS PERRERAS

LA TOS DE LAS PERRERAS: UN PROBLEMA MÁS HABITUAL DE LO IMAGINADO



Puede sonar a poca cosa, pero la “tos de las perreras” es un problema recurrente, que puede traer consigo complicaciones indeseadas. Como no se le suele hacer demasiado caso (juega en otra liga en comparación con leishmaniosis y demás), vamos a dedicarle este artículo para poner a fuego toda la información necesaria, y saber así en qué consiste y cómo actuar ante la presencia de sus síntomas.

Qué es la tos de las perreras

Como puede imaginarse el lector, se trata de una afección de las vías respiratorias, cuyos principales síntomas suelen ser accesos de tos seca que pueden prolongarse en el tiempo, y hacerse especialmente evidentes con el movimiento del animal e incluso con sólo tocarle laringe y/o tráquea. Podría traer consigo vómitos.
La enfermedad se caracteriza por ser sumamente contagiosa, en especial entre perros que convivan en grandes grupos, por lo que criadores con un gran número de ejemplares (y que en invierno no puedan controlar todos los cambios de temperatura a los que sus animales sean sometidos), perreras, protectoras, exposiciones o participaciones en concursos que requieran encuentros grupales, pueden convertirse en un paraíso para la bacteria causante. Sobre todo si se trata de perros jóvenes (o cachorros directamente), puesto que aún no cuentan con la inmunidad propia de un adulto, que ya ha debido lidiar más de una vez con esta u otras enfermedades de corte similar, y ya han perdido el efecto de los anticuerpos maternos que reciben durante el primer mes de vida. Por supuesto, también es una potencial vía de contagio el dejar a nuestra mascota en una residencia  durante periodos de vacaciones.

Con lo fácil que resulta contagiarse, ¿Cuán peligrosa es?

Si el párrafo anterior era para echarse las manos a la cabeza, rebajaremos alarmismos confirmando que, desde el punto de vista médico, no se considera una enfermedad grave. Ahora bien, si se complica, puede llevar a la aparición de fiebres elevadas, apatía, síntomas propios de bronquitis y bronconeumonía, en incluso carencia de apetito. Por ese motivo, tampoco debe tomarse a la ligera.

¿Qué lo provoca?

Según los estudios realizados a este respecto, puede señalarse una bacteria como principal causante de esta enfermedad. Bordetella bronchiseptica se llama (de ahí que el nombre más científico de la dolencia sea traqueobronquitis infecciosa canina), y es el único germen que realmente causa los síntomas de la misma. Ahora bien, un cuadro de similares características también lo causan el virus de la parainfluenza canina, el adenovirus canino de tipo 2 y el virus del moquillo canino, así como otras bacterias a ellos asociados. Así pues, en el peor de los casos, a estos agentes se asocia el moquillo, pero por lo demás, suele tratarse de problemas de escasa importancia.

¿Y cómo se evita?

Fácil, rápido y directo al grano: mediante la vacunación. Se administra a los cachorros que ya han cumplido cuatro semanas de vida (que es cuando pierden la ayuda de los anticuerpos maternos), y también la pueden recibir perros más adultos. La primera inyección debe ir seguida de otra a las tres-cuatro semanas, y a partir de ahí, se recomienda ir vacunando al animal con regularidad anual. Por supuesto, aunque en el caso de los más pequeños no haya tanta diferencia es muy recomendable que las vacunas se lleven a cabo antes del invierno, o bien antes de asistir a uno de los factores de riesgo antes citados (residencias, exposiciones…).

martes, 25 de noviembre de 2014

LAS INFECCIONES MAS HABITUALES DEL PERRO

 LAS INFECCIONES MAS HABITUALES DEL PERRO








Dermatitis

La dermatitis es una reacción de la piel del animal ante la presencia de bacterias de corte infeccioso, que con las altas temperaturas se “activan” provocando la presencia de caspa, bultos y granos en la piel, y empeorando la calidad del pelo del perro. Este, a su vez, reacciona rascándose y mordiéndose las zonas infectadas, y generalmente acaba empeorando la situación.
Las razas más propensas a pasar por estos calvarios son las que o bien tienen el pelo largo, o bien lo tienen blanco, aunque no se excluye de ello a ningún otro can (en especial si sufren de algún tipo de alergia).
En caso de producirse una dermatitis (o para evitar que se produzca) conviene limpiar a tu mascota con champú anti séptimo al menos dos días a la semana, así como cortarle el pelo durante el periodo de máximo riesgo (verano) de manera que la piel entre en contacto con el sol y a su vez esté más saneada. Y por supuesto, consultar al veterinario.

Eccema húmedo

Este caso de dermatitis aparece principalmente en cuello y cadera, aunque se extiende muy rápidamente debido a la “ayuda” que le presta el perro. Son pequeñas infecciones que escuecen de tal manera que nuestra mascota se rasca descontroladamente, de manera casi obsesiva. Llegan a hacerse auténticas escabechinas arrancándose pelo e incluso piel, humedeciendo constantemente las zonas infectadas y facilitando su rápida propagación. Lavar la zona con un antiséptico, untarla después con cortisona y repetir la operación varias veces puede ser la solución si el eccema se detecta a tiempo. De lo contrario, se le deben aplicar tratamientos más agresivos, a cargo del veterinario
Perros con alergias, peludos o de mucho peso se convierten en los principales candidatos a padecer tan molesta infección, que conviene atajar lo antes posible.

Otitis

Lo bueno que tiene la otitis es que nuestra mascota hace muy evidente su presencia: a la menor prueba de la existencia de esta infección, agita la cabeza repetidamente de un lado a otro, se rasca los oídos… en definitiva, parece como si intentaran sacarse algo de dentro de los mismos (y cuidado, porque también podría ser que en verdad se le hubiese metido una espiga que efectivamente tiene que ser extraída). Lo malo es que requiere la aplicación de medicamentos vía tópica, lo cual puede convertirse en una odisea puesto que al perro no le suele hacer demasiada gracia que se trastee con su oreja irritada.
Ante un caso de posible otitis, la única solución pasa por ir al veterinario y que sea él quien nos recete la cura. Por lo demás, tan sólo se pueden llevar a cabo acciones preventivas o de muy corto alcance, cuando se trata de un perro propenso a la otitis. Existen productos para la  limpieza de oídos que no requieren receta, y que se pueden ir aplicando con regularidad para evitar problemas.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL CELO DE LAS CHIHUAHUAS

EL CELO, DE LAS CHIHUAHUAS







El ciclo sexual de la perra es, en comparación con el resto de los animales domésticos, único en muchos aspectos, ya que el tiempo que transcurre entre los periodos de celo (5-7 meses) es muy largo en proporción al tiempo de gestación (62 días), y la ovulación se produce una sola vez (pero en varios días) por celo. El ciclo sexual se divide en 4 etapas:

PROESTRO: tiene una duración media de 3-15 días. Las manifestaciones externas son aumento del volumen de la vulva, pérdidas sanguíneas vulvares y atracción de los machos. En esta fase la perra no admite la monta del macho.
ESTRO: popularmente conocido como periodo de CELO. Tiene una duración de 3 a 10 días. La vulva está agrandada, hay una reducción de las pérdidas vulvares y gran atracción de los machos: es en este momento cuando se produce la ovulación, monta del macho y gestación.
DIESTRO: (de 110 a 140 días): este periodo comprende la gestación, parto y lactación si se produjo fecundación y la regresión a la normalidad de los tejidos si no se produjo.
ANESTRO: (de 150 a 250 días): ahora no hay signos exteriores y es el periodo ideal para realizar toda clase de intervenciones ( ovario histerectomía ).

Así pues, la ovulación tiene lugar durante el periodo de celo y se trata de una ovulación espontánea. Con mayor frecuencia es entre el día 10 y 14 del comienzo del celo, aunque en menos de 1 minuto se puede confirmar con un frotis vaginal realizado por el veterinario.

domingo, 16 de noviembre de 2014

LA RONQUERA EN EL CHIHUAHUA

LA “RONQUERA” EN EL CHIHUAHUA






Los ruidos de resoplido, o las crisis de “ronqueras” que de vez en cuando podéis apreciar en vuestro chihuahua son muy característicos de esta raza. Esto es debido a que el paladar blando tiende a alinearse mal temporalmente, produciendo un ruido al respirar parecido al de los humanos cuando roncamos. En los chihuahuas es un rasgo muy característico, y el episodio puede presentarse después de beber agua demasiado rápido o por estar excitados por algún motivo. Esta “ronquera” no debe confundirse con un colapso traquea (problema también muy frecuente en la raza) aunque los síntomas parezcan los mismos, si sospecha que su perro puede padecer esta enfermedad, acuda a un veterinario que se lo confirme y pueda tratarlo debidamente. 


¿Qué podemos hacer cuando aparecen estos episodios? 

La “ronquera”, normalmente tiene una duración corta, si estos episodios se alargan podemos hacer tres cosas:

1. Dando masajes en el cuello y la garganta del perro.
2. Aplaudir con nuestras manos para distraer su atención.
3. Tapar las fosas nasales del perro para obligarlo a tragar.


lunes, 3 de noviembre de 2014

PORQUE COME MENOS MI PERRO EN VERANO

¿POR QUÉ COME MENOS MI PERRO EN VERANO?





Una pregunta muy habitual entre los que dan sus primeros pasos en esto de vivir con un perro: ¿qué pasa en verano? ¿Por qué come menos mi mascota? Efectivamente, esa es la sensación que todos hemos tenido. Pero conviene matizar algunas cuestiones, quizá echar por tierra algún mito y ya de paso, aprovechar la ocasión para poner en forma al animal. Vayamos por partes:

¿Por qué comen menos en verano?

Los principales motivos por los que el perro, motu proprio, reduce el volumen habitual de sus ingestas, en realidad se limitan al efecto del calor en sus rutinas. Y es que al igual que nosotros en verdad, a más calor, menos ganas de moverse: durante gran parte del día, lejos de corretear detrás de pájaros, palos o pelotas, nuestra mascota prefiere tumbarse en algún sitio a la fresca, y a ser posible al amparo de la sombra. De hecho, durante los periodos de mayores temperaturas sus organismos requieren de un menor aporte calórico para mantener su temperatura corporal. Según los estudios, la cantidad necesaria en invierno es un 30% superior a la que requieren en periodos cálidos.

Por ello, es frecuente ver que el cuenco de comida que normalmente devora durante el resto del año, en verano lo deja a medias.

¿Necesitan comer menos?

En realidad no. Un perro puede (y de hecho, debería) seguir consumiendo más o menos su ración diaria. El problema somos nosotros, que en verano cambiamos nuestras rutinas alimenticias porque nos apetecen comidas más frescas, y sin embargo pretendemos que nuestra mascota mantenga sus hábitos inalterados sin caer en la cuenta de que a las tres de la tarde, y con un sol de justicia, quizá comparta las mismas pocas ganas que nosotros de atizarse una comida copiosa. El truco, por tanto, reside no en cambiar su comida, sino el horario en que se la sirvamos. Buscar las horas más frescas del día para su alimentación puede significar una mayor predisposición por parte del perro a comérselo todo.

Sea como sea, es importante que nuestras mascotas dispongan siempre, especialmente en verano, de agua fresca para no sufrir deshidratación. Máxime en el caso de cachorros, perros especialmente activos, o ancianos.

Consejo: ¿y aprovechar para perder peso?

La clave de todo ello es la menor necesidad de calorías, lo que abre la puerta a que nos planteemos poner en forma a nuestra mascota, en el caso de que necesite perder unos quilitos. Por supuesto, toca contar con la aprobación de un veterinario: con su ayuda, podemos optar por los días de verano para cambiar (o combinar) su rutina alimenticia y apostar por un pienso como el que propone Affinity. Su gama de alimento Light le suministra un alto contenido en proteínas (30%) en oposición a un nivel de grasas (11%) muy reducido. La inclusión de L-carnitina favorece además el metabolismo de las grasas y el mantenimiento de la masa muscular...